Los perfumes de hogar dan un toque agradable y acogedor a los espacios interiores. Las fragancias tienen un efecto notable en el cerebro y, por tanto, en nuestro estado de ánimo. Podemos escoger aromas sutiles como la lavanda, la rosa o el jazmín u optar por olores más intensos, como el del pino, la canela, el cacao o el jengibre, con efecto activador. Así mismo destacan los aromas especiados, frutales reconfortantes como el cardamomo, la lima y otros cítricos y los florales como la amapola o el girasol.